Ángel Stanich se destapó como una de las sensaciones del pop español en 2013 con su primer álbum de estudio, Camino ácido, un puñado de canciones mordaces y emocionales, procedentes de un universo muy personal, que hizo que los críticos lo compararan
con Albert Pla, Quique González e incluso con Bob Dylan.
Ahora regresa a la capital burgalesa con su segundo trabajo, Antigua y Barbuda, convertido ya en una de las referencias más vigorosas de la renovación musical española. El músico santanderino, un artista singular que no concede entrevistas y huye de las promociones, presta su voz nasal a unas letras oníricas, de aliento lisérgico, fieles al surrealismo perverso de su primer trabajo. Inquieto, irónico y poseedor de un imaginario irresistible, Stanich abre nuevos y estimulantes horizontes con temas como 'Mátame camión', 'Escupe fuego', 'Galicia Calidade', 'Un día épico', 'Hula Hula' y 'Le Tour ‘95'.